Efecto dunning kruger; cómo conocerlo puede ayudarte

¿Conoces el efecto Dunning Kruger? Aunque tenga nombre de pareja de defensas centrales del Borussia de Dortmund, no tiene nada que ver con el fútbol. David Dunning y Justin Kruger son dos investigadores de la Universidad de Cornell (Nueva York) que saltaron a la fama en 1.999 por identificar científicamente este curioso efecto en el que caemos las personas.

Hoy vamos a conocer qué es el efecto Dunning Kruger y cómo comprenderlo podría ayudarte a mejorar tus interacciones tanto con tus clientes como con tus compañeros, empleados o jefes, e incluso tu relación con las demás personas que forman parte de tu vida.

El fenómeno en el que consiste el efecto Dunning Kruger fue demostrado en una serie de experimentos cuyos resultados fueron publicados en el Journal of Personality and Social Psychology de diciembre de 1.999.

Su investigación parte de estudios previos en los que se había sugerido que en ciertas habilidades, como la conducción de vehículos a motor o la compresión lectora, la ignorancia generaba más confianza que el conocimiento.
La hipótesis de los investigadores era que, en una habilidad determinada:

  • Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar su propia habilidad.
  • Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer la habilidad de otros.
  • Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer su extrema insuficiencia.
  • Si pueden ser entrenados para mejorar sustancialmente su propio nivel de habilidad, estos individuos pueden reconocer y aceptar su falta de habilidades previa.

Partiendo de estas premisas, los investigadores intentaron demostrarlas con estudiantes de la Universidad de Cornell, para lo que llevaron a cabo diversos estudios en los que examinaron las autovaloraciones de los estudiantes en habilidades tales como razonamiento lógico, gramática y humor. Posteriormente, y tras mostrarles sus puntuaciones en los test, les preguntaban qué lugar pensaban que habrían obtenido en la clasificación que englobaba a todos los estudiantes. Curiosamente, resultó que mientras el grupo de los más competentes estimaba con bastante acierto su lugar en la clasificación, los menos competentes sobreestimaban su posición.

Probablemente todo esto te sonará a algo que ya conocías: los individuos más ignorantes tienden a considerarse más inteligentes de lo que son, mientras que las personas con más conocimientos suelen ser más modestas acerca de sus capacidades.

Todos conocemos a ese tipo de personas que pregonan a los cuatro vientos que saben más que nadie acerca de un determinado asunto (¡o de todos!). En España, incluso se les ha denominado con un término que muchos conoceréis porque ha tenido un enorme éxito en los últimos años. Efectivamente, hablamos de los famosos “cuñados”.

Así mismo, también tenemos en la cabeza la idea del sabio humilde. El conocido aforismo “Sólo sé que no sé nada”, atribuido al filósofo griego Sócrates, es posiblemente su manifestación más popular.

Pero por evidente que resulte el efecto Dunning Kruger (sus autores incluso fueron recompensados con un Premio Ig Nobel, una especie de parodia de los Premios Nobel), resulta interesante saber a qué obedece y por qué es tan frecuente dicho comportamiento.

Del lado de los “incompetentes” se trata de una medida de autoprotección del individuo. Para muchas personas, reconocer el desconocimiento o la incompetencia resultaría una agresión insoportable a su autoestima, por lo que prefieren situarse en un escalón de conocimiento superior al que realmente les corresponde.

Del lado de los “competentes”, nos encontramos con la creencia de que los demás tienen una inteligencia o conocimiento similar al suyo, lo que conlleva “normalizar” sus capacidades y atribuírselas a los demás.

El efecto Dunning Kruger no es ninguna tontería ni ninguna obviedad sin valor. Ser conscientes del mismo puede ayudarnos a entendernos mejor y a tener más empatía con las personas con las que nos relacionamos.

En nuestro día a día, podemos encontrarnos con múltiples situaciones en las que una persona (si hablamos del ámbito laboral, un cliente, compañero, jefe, empleado, etc) puede sacarnos de quicio con su “ignorancia”. Pero date cuenta de lo siguiente:

  • Es posible que dicha persona esté sufriendo el efecto Dunning Kruger. Tal vez no se dé cuenta de que está equivocada y lo que dice no tiene sentido porque psicológicamente no sea capaz de darse cuenta de ello.
  • O también puede ocurrir que seas tú mismo quien esté padeciendo dicho efecto. Eso no significa que seas un ignorante, todas las personas son más o menos hábiles en cada campo, y es posible que, aunque no te des cuenta, sea la otra persona con la que estás tratando la que realmente tenga más conocimientos que tú y le asista la razón.

En realidad estamos hablando de la dificultad que los seres humanos tenemos muchas veces para reconocer nuestras debilidades y entendernos. Por suerte, el efecto Dunning Kruger tiene solución: con la debida formación, la persona no sólo adquirirá conocimientos, sino que en algunas ocasiones se dará cuenta de que antes no los tenía.

Cuando se trata de trabajo en equipo, hay que ser conscientes de que el efecto Dunning Kruger es un sesgo psicológico en el que todos podemos caer. Por ello, debemos ser más tolerantes con las opiniones de los demás y ser conscientes de que tal vez no seamos siempre dueños de la verdad. A veces no seremos capaces de darnos cuenta de nuestras incapacidades, y ello no nos hace peores personas. Otras veces, serán los otros quienes no se estarán dando cuenta de que no tienen razón, pero no lo estarán haciendo por maldad, sino por desconocimiento.

Si diriges una empresa, recuerda que tus empleados pueden tener razón cuando te advierten de que una decisión puede traer consecuencias negativas.

Si tratas con un compañero, recuerda que aunque tú no lo creas puede tener más conocimientos que tú en un área determinada.

Si te diriges a un cliente, recuerda que es posible que no esté capacitado para entender bien lo que le estás proponiendo, y ello no significa que sea tozudo o actúe con maldad.

Y así en otras posibles combinaciones.

Ahora que ya sabes qué es el efecto Dunning Kruger estás un poco más a salvo de caer en el. ¿Quieres compartir con nosotros tus experiencias? Déjanos un comentario en la caja que hay justo aquí debajo. ¡Gracias!

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