Mejorar productividad: 15 ideas para hacerlo posible
Desde tiempos remotos, una de las mayores preocupaciones del ser humano ha sido la de aumentar el rendimiento en el trabajo. Por ello, desde tiempos antiguos se instauraron diferentes técnicas para conseguir que la productividad de los trabajadores llegara al máximo. ¿Habéis oído hablar de la Revolución Industrial? Yendo más atrás en el tiempo, ¿acaso pensáis que las pirámides egipcias se construyeron solas?
Tranquilo, no vamos a proponerte que te encadenes al escritorio, ni te vamos a animar a comprar un látigo como herramienta estimulante. Además, está más que demostrado que estas prácticas tan anticuadas y crueles eran poco productivas. Hoy en día disponemos de formas mucho mejores de conseguir que trabajar sea una experiencia más provechosa y más humana. Vamos a ver algunas ideas para mejorar la productividad. Sin cadenas ni látigos, prometido.
1. Ten organizado tu lugar de trabajo…
Sea cual sea el lugar en el que trabajes, cuídalo y evita que parezca una leonera. Tener las cosas bien ordenadas y en su lugar te hará ahorrar tiempo y reducirá tu estrés. Sabemos que quieres mucho a tu tía Antonia y que no quieres hacerle el feo de guardar en un cajón la colección de cabezas jíbaras que te regaló en tu último cumpleaños, pero tu escritorio no es el mejor lugar para exhibirlas.
2. …Y también tenlo limpio.
Sea en la oficina, sea en casa, sea en cualquier otro lugar en el que trabajes, no cuesta tanto no ser un guarrete. Limpia y tira a la basura esa caja de galletas que lleva sobre la mesa desde 2007. Las bayetas son tus amigas: utilizalas.
3. Planifica tus tareas.
El orden no debe ser sólo físico, sino también mental. Si tienes bien estructurado lo que debes hacer, lo harás con más facilidad. Fija metas a corto plazo (para el día), a medio e incluso a largo plazo; te ayudará a sentir que estás avanzando en tu trabajo.
4. Identifica tus mejores horas del día.
Cada persona tiene su ritmo y sus propios momentos en los que puede rendir mejor. Hay personas que necesitan que pasen horas después del desayuno para empezar a carburar. Otras comienzan la jornada a tope de energía y se van fatigando a lo largo del día. Identifica cuáles son los momentos de la jornada en los que te encuentras a tope de energía y utilízalos para hacer las tareas más duras. Deja las tareas más ligeras para momentos en los que no te encuentres tan fuerte. Serás más productivo.
5. Elimina distracciones.
Ver las fotos en la playa de Paquita o disfrutar del último vídeo del lorito bailón puede ser muy entretenido, pero precisamente ése es el problema: que te vas a distraer.
Ya tendrás tiempo para ver todo eso en otro momento. Ahora estás en el trabajo, así que guarda Facebook y Youtube para después.
6. Haz las cosas de una en una.
Recuerda esta frase: los problemas, de uno en uno. Para resolver un embrollo o simplemente para llevar a cabo una tarea, necesitas centrarte en ella. Si intentas hacer muchas cosas a la vez es probable que termines no haciendo ninguna. Céntrate.
7. Evita la procrastinación
La procrastinación no sólo es una palabra bastante fea. Además es uno de los peores enemigos que puede tener tu productividad. La buena noticia es que existen técnicas bastante eficaces para luchar contra ella. Por ejemplo, puedes adquirir como buena costumbre el resolver lo antes posible el trabajo más comprometido que tengas que hacer en el día. Así conseguirás un doble efecto; no pospondrás indefinidamente esa tarea y evitarás perder el tiempo pensando en el marrón que aún tienes por resolver.
8. Haz ejercicio.
Además de los conocidos beneficios para tu salud, hacer ejercicio contribuirá a mejorar tu productividad. El ejercicio aumenta la liberación de serotonina, una sustancia presente en las neuronas que influye en la regulación de la ira, el humor o el sueño, entre otras cosas. Haciendo ejercicio te sentirás mejor y más concentrado, y tu rendimiento será mayor.
9. Descansa bien.
Cuando no estés trabajando, intenta descansar lo mejor posible. El sueño nocturno debe ser reparador y es tu mejor ayuda para que el día siguiente puedas rendir a tope. Si no consigues dormir bien por las noches, es probable que tengas algún problema subyacente. Intenta averiguar cuál es y solucionarlo.
10. Tómate un respiro de vez en cuando.
Somos seres humanos, no máquinas, y los seres humanos tenemos que descansar. Si llevas un rato trabajando sin parar y quieres seguir funcionando, tómate un respiro. Levántate de la silla y estira las piernas; echa un vistazo por la ventana; tómate un café; date una vuelta. Cuando vuelvas a trabajar lo harás con energías renovadas.
11. Cambia de ambiente.
A veces permanecer demasiado tiempo en el mismo lugar puede atascarte y hacer que tu rendimiento se detenga en seco. Abandona por un rato tu lugar de trabajo y cambia de entorno. ¿Te suena lo que es el smart working? Olvídate de la imprenta y los telares; hoy en día existen herramientas tecnológicas que te permitirán trabajar desde un parque o en una cafetería.
12. Aprovecha momentos “muertos”.
Determinadas situaciones pueden ser lo más parecido a una completa pérdida de tiempo. ¿Tu vuelo se ha retrasado y estás aburrido en la sala de espera de un aeropuerto? No te quedes parado y saca partido a esa demora. Como decíamos, existen herramientas tecnológicas que te pueden ayudar con ello.
13. Haz tu trabajo más flexible y móvil.
Si trabajas en la caja de un supermercado o en la taquilla de un parking es probable que no puedas cambiar de ambiente o trabajar a distancia, pero si tienes un trabajo que te lo permita, podrás aprovechar las posibilidades que la tecnología te ofrece hoy en día para flexibilizar tu jornada laboral. Por ejemplo, empieza a trabajar en casa y ve a la oficina cuando haya pasado la hora punta del tráfico. O llama a tus clientes mientras esperas el tren. Hay miles de posibilidades.
14. Recuerda el Principio de Pareto.
No, Pareto no es el central boliviano que acaba de fichar el Manchester United. El Principio de Pareto debe su nombre al economista italiano Vilfredo Pareto, y en resumen viene a sostener -cuando se aplica al ámbito laboral- que el 80% del trabajo se consigue realizar con el 20% del esfuerzo (y por tanto el restante 80% del esfuerzo sólo produce el 20% del trabajo). Aprende a identificar cuáles son los esfuerzos que te dan mejor resultado y actúa en consecuencia. El Sr. Pareto se sentirá muy orgulloso de ti.
15. Analiza lo que te funciona mejor.
Una vez lleves a cabo algunos cambios, tendrás que averiguar qué es lo que te funciona mejor y qué es lo que no encaja contigo. Sé constante con las conductas que incrementan tu productividad y sustituye lo que no te funcione bien por nuevas comportamientos.
Ehorus no puede limpiar tu mesa ni recoger las cabezas jíbaras que te regaló tu tía Antonia, pero tiene funciones que pueden ayudarte a que seas más productivo en tu trabajo. ¿Quieres saber cómo? Conoce qué es Ehorus y cómo puede ayudarte.
