Síndrome postvacacional; en qué consiste y cómo superarlo
Puede que lo hayas tenido, o que lo sufras en este momento, pero no te confundas: el síndrome postvacacional no es solo esa sensación de cansancio y aburrimiento –natural, por otro lado- que nos invade cuando nos vemos obligados a volver al trabajo tras unas buenas vacaciones, y que apenas suele durar unas horas. Por el contrario, cuando hablamos de síndrome postvacacional nos referimos a un sentimiento más profundo, que puede traer asociados síntomas tanto físicos como psíquicos y que puede incluso llegar a ser grave en determinadas situaciones.
En este artículo vamos a ver con más detenimiento en qué consiste el síndrome postvacacional y a conocer algunas formas de evitarlo o, al menos, paliar sus efectos.
¿Qué es el síndrome postvacacional?
Se conoce como síndrome postvacacional al estado que sufre un trabajador cuando, al regreso de un ciclo de vacaciones, no es capaz de reincorporarse a su trabajo de una forma normal, ocasionándose un cuadro de síntomas que le dificultan reanudar su vida cotidiana.
Los síntomas que trae consigo el síndrome postvacacional pueden ser muy variados, e incluir tanto aspectos físicos (fatiga, dolores musculares o falta de concentración, entre otros) como psíquicos (tristeza, desgana, nerviosismo, etc.).
Como ya adelantábamos, cuando hablamos de síndrome postvacacional no se trata solo de la normal desgana que produce la vuelta al trabajo y que apenas suele durar unos minutos u horas, sino que se trata de un sentimiento y un conjunto de síntomas más intenso que puede adelantarse a la reincorporación al trabajo y prolongarse durante días o incluso semanas, constituyendo un problema mayor.
En algunos casos, además, puede venir asociado a una coyuntura difícil en el trabajo. Puede darse en el caso de personas que desempeñen tareas duras, estresantes o que conlleven una gran responsabilidad, o en situaciones de conflicto, en las que se sufra por un mal ambiente laboral, o incluso en situaciones en las que la persona sufra acoso (mobbing). Además, hay que tener en cuenta que el síndrome también puede darse en niños o jóvenes en el regreso a sus obligaciones escolares, especialmente en aquellos que sufran de acoso escolar o bullying. En este tipo de situaciones, el síndrome postvacacional podría ser una señal de alerta e indicativo de problemas graves.
¿Cómo paliar el síndrome postvacacional?
El síndrome postvacacional intenso puede ser una dolencia grave y necesitada de estudio y tratamiento, y por tanto lo recomendable en estos casos sería acudir a un profesional de la salud. No obstante, cuando nos enfrentemos a un síndrome postvacacional más leve podemos encontrar algunas prácticas que pueden ayudarnos a hacerlo más llevadero.
– No volver de vacaciones justo el día antes de reanudar el trabajo
Es una pauta recomendada por expertos y que probablemente muchos hayáis llevado a la práctica. Si las vacaciones han consistido en un viaje o en una estancia en un lugar distinto del entorno habitual, suele ser conveniente reducir un poco su duración y regresar al menos dos días antes de la vuelta al trabajo, con el fin de adaptarse a la rutina habitual, lo que incluiría retomar los ritmos frecuentes de sueño y alimentación. Además, estos días de adaptación también pueden ser útiles para descansar –si el viaje ha sido muy activo y, tal vez, agotador- o para realizar actividades más propias de nuestro día a día que faciliten la adaptación.
– Reanudar el trabajo a un ritmo razonable
Aunque no siempre será posible, en los casos en que así lo sea será recomendable reanudar el trabajo a un ritmo razonable y realizando tareas ligeras que nos permitan una adaptación más progresiva. De lo contrario y si realizan tareas duras de inicio, el choque entre el periodo vacacional y el trabajo será más brusco, por lo que será más probable que aparezcan los síntomas asociados al síndrome.
Con el fin de facilitar este tipo de transición, puede ser recomendable planificarla antes de iniciar las vacaciones, dejando previstas algunas tareas más sencillas para la vuelta al trabajo, que faciliten la adaptación.
– Realizar actividades de ocio
Se trata de otra práctica destinada a hacer más progresiva la vuelta al trabajo. Sin dejar de llevar a cabo las tareas que nos correspondan, programar actividades de ocio para nuestro tiempo libre supondrá una suerte de “recompensa” por volver al trabajo que hará más llevadera la adaptación a nuestra vida cotidiana. Actividades simples, como una tarde en el cine o una cena fuera de casa, pueden suponer un alivio y un incentivo para enfrentar el día de trabajo con una actitud mejor.
– Intentar mantener una actitud positiva
Es cierto que no siempre resulta fácil, pero reanudar el trabajo con una buena actitud resulta el mejor de los antídotos para el síndrome postvacacional. Para conseguirlo, centrarse en las cosas positivas que nos ofrece el día a día y apoyarse en la familia, amigos o en los compañeros de trabajo, puede ser de ayuda. Por ejemplo, actividades como iniciar la vuelta al trabajo con un café o una charla con los compañeros puede resultar gratificante y ayudar a encarar la vuelta a las obligaciones cotidianas con un mejor estado de ánimo.
– Reanudar el trabajo con una jornada reducida y/o flexible
Es una práctica que llevan a cabo muchas empresas. Habitualmente, durante los meses de verano, se adoptan rutinas de reducción de jornada o jornada intensiva, que permiten disponer de más tiempo libre para disfrutar del buen tiempo. Este tipo de prácticas, junto con aquellas que faciliten una mayor flexibilidad en la elección de horarios de trabajo, pueden reducir la pesadez de la jornada laboral y mejorar la respuesta al síndrome postvacacional.
Estas son algunas ideas para luchar contra el síndrome postvacacional, pero seguro que tú también tienes algunas que pueden ser de ayuda. ¿Quieres compartirlas con los lectores del blog? ¡Estamos deseando leer tus opiniones! Puedes hacerlo dejando un mensaje en la caja de comentarios que se encuentra justo al finalizar este artículo.
Eso sí, recuerda que las que hemos visto son algunas ideas para ayudar a paliar un síndrome postvacacional leve y que no tenga síntomas más graves o encuentre su origen en problemas de mayor importancia. Si el síndrome postvacacional es intenso o incluye situaciones graves, como el acoso laboral o escolar, no dudes en ponerte en manos de profesionales de la salud capacitados para tratar y ayudar a las personas que sufran este tipo de situaciones.
